Guía de Uzbekistán: 11 días por la Ruta de la Seda uzbeka

por | Sep 11, 2017 | 6 Comentarios

Después de 25 años de la caída de la Unión Soviética, todavía resisten los restos de la vieja URSS en Uzbekistan. Aunque los antiguos bloques de apartamentos soviéticos ya se están modernizando, y la mayoría de las estatuas de Lenin han sido reemplazadas por otras más nacionalistas, como las de  Tamerlán El Conquistador o el médico Ibn-Sina (conocido como Avicenas), puedes encontrar en cualquier sitio las típicas teteras rusas (Samovares) y medallas militares soviéticas vendiéndose en mercadillos de segunda mano.

A pesar de la fuerte sovietización que sufrieron, éste pueblo se intenta recuperar y promover cada vez más sus tradiciones. Encontrarás artesanos locales usando técnicas tradicionales como el ikat, y músicos y artistas con clara inspiración islámica. Una de las cosas más interesantes para nosotros, fue ésta mezcla de legado soviético e islam uzbeko.

Uzbekistán lleva desde su independencia encerrada bajo un gobierno dictatorial, que quiere que los turistas se ciñan a un itinerario programado. Sin embargo, es lo suficiente interesante como para seguir atrayendo turistas de todas las clases. De los países de Asia central es, seguramente, el más apasionante. Ciudades como Khiva, Samarcanda y Bukhara, con más de mil años de antigüedad, todavía muestran signos de un largo y rico pasado: mezquitas, mausoleos y minaretes se yerguen como testimonio orgulloso del periodo Timur del s. XIV d.C.

Por supuesto, por cada monumento milenario, hay por lo menos tres edificios soviéticos horrendos. Lo mejor que podéis hacer es no dejar que las abominaciones soviéticas ensombrezcan la gloria del pasado de Uzbekistán.

¿Quién fue Tamerlán?

En el sigo XIV, durante los días de gloria de la Ruta de la Seda, hubo un feroz dictador que llegó al poder en Uzbekistán. El nombre del tirano era Timur Tamerlane (Timur the Lame: Timur “el cojo”). Nosotros le conocemos como Tamerlán, y era tan infame derramando sangre como el mismísimo Genghis Khan, del que decía que era descendiente. Al revés que este último, Tamerlán no instauró la razón y la justicia con sus tropas, sino únicamente violencia y muerte.

Por otro lado, dejó algo más que un legado de guerra y sangre. Su legado fue Samarcanda. La mayoría de las riquezas que consiguió a través de asaltos y robos, la invirtió en su ciudad favorita. Y así, todavía hoy se erige como testamento de la prosperidad de aquellos tiempos, y de las increíbles habilidades de los arquitectos que ayudaron a construirla.

Abajo véis un mapa que muestra la extensión del imperio de Tamerlán a su muerte, en 1.405, junto con el trazado de las principales rutas comerciales de las caravanas: el corazón de la Ruta de la Seda estaba bajo su control. Ésto le garantizó la riqueza suficiente para desarrollar el periodo más próspero de Uzbekistán.

Imperio Timur en 1405. Imagen de Historiaantiquae.blogspot.com

El desastre del mar Aral

La mayor catástrofe medioambiental de Asia central y una de las peores del planeta, eso fue el desastre del mar de Aral. Lo han llegado a llamar “el Chernobyl silencioso”. Aquel que fue en su día el cuarto lago más grande del mundo, se redujo drásticamente entre los años 60 y 90 del siglo pasado, debido a la desviación del agua de sus dos principales ríos afluentes.

Con una superficie original de 66.000 km2, se calcula que ha perdido el 74% de su área y el 90% de su volumen. Todo para cumplir las ambiciones de los soviets, que consideraban el algodón como el “oro blanco” y no atendieron a los constantes avisos de los especialistas sobre lo que iba a suceder.

Mar de Aral en 1989 (izq) y 2014 (dcha). Imagen de Wikipedia

Y sucedió. En los años 30 se construyeron los canales de irrigación, y no fue hasta treinta años después que la situación se hizo insostenible, provocando la destrucción de la actividad económica e incluso el cambio del ecosistema del entorno.

Lamentablemente, en 1987, el Aral se dividió en dos segmentos -el mar de Aral norte, en Kazajastán, y el mar de Aral sur, en Uzbekistán. Kazajastán ha tomado medidas para proteger y restaurar el flujo de agua. Los resultados han sido muy positivos: el mar se ha expandido, se han introducido recursos pesqueros y la economía local ha mejorado.

Aunque el cultivo de algodón se ha reducido, en Uzbekistán sigue siendo clave para la economía, por lo que la irrigación continua. Sólo una pequeña parte del Aral está siendo restaurada, y tienen planes para buscar petróleo en la parte drenada.

Os dejo un enlace a la web de la NASA donde podéis ver el desarrollo del mar durante los últimos 16 años.

Datos generales

Moneda: Som Uzbeko (1 USD = 4094 UZS, julio 2017. Éste es el tipo de cambio oficial. Mirad más abajo el apartado sobre el mercado negro, dónde podéis conseguir casi el doble).

Visados: Todas las nacionalidades requieren visado a excepción de los países del CIS, una especie de Commonweath con algunos de los países de la antigua URSS.

Lengua: Uzbeko, aunque el ruso es el idioma que utilizan para las comunicaciones inter-étnicas.

Religión: Islam, musulmanes suníes.

Alojamiento: El gobierno obliga a los turistas a registrar sus estancias en alojamientos oficiales. Más abajo os explicamos cómo funciona.

¿Dónde está Uzbekistán?

Podéis situarlo en el mapas de abajo. Limita al noroeste y al norte con Kazajistán, al sur con Afganistán, al noreste con Kirguistán, al sureste con Tayikistán y al suroeste con Turkmenistán.

Imagen de Wikipedia. Guía de Uzbekistán.

¿Es un país seguro?

Uzbekistán es perfectamente seguro para viajar por libre, seas mujer u hombre. La gente local es muy amable con los extranjeros. Debes tener cuidado con los hurtos en las aglomeraciones, igual que en cualquier otro lugar, y simplemente atenerte a las reglas del sentido común.

En relación a la religión, si bien son musulmanes, lo son de manera muy relajada. Las mujeres pueden entrar a las mezquitas sin cubrirse el cabello, y es fácil encontrar cerdo y alcohol en los restaurantes.

La zona de Fergana es la más islamizada y sufrió algunos conflictos hace años. Ahora mismo está más militarizada que el resto del país y resulta por ende igual o más tranquila, si cabe, que el resto de Uzbekistán.

Cambiar Soms en el mercado negro

El gobierno de Uzbekistán impone difíciles restricciones legales a la hora de convertir los soms de las cuentas bancarias a dólares o rublos. Como el valor de la moneda es muy inestable, el mercado negro se impone como fuente para conseguir los mejores tipos de cambio. Se puede conseguir hasta un 30-50% más que la tasa de cambio oficial.

¿Ésto que supone? Que estáis ganando dinero. Pongamos que el cambio oficial es 1EUR=4000UZS. Si cambiáis 30 EUR en el mercado negro, os darán más soms (como os digo, entre un 30-50% más a fecha de hoy). Por 30 EUR podríais conseguir hasta 180.000 UZS, cuyo valor oficial de compra son 45 EUR.

Cambiar dinero en el mercado negro es sencillo, puedes hacerlo en cualquier bazar o punto turístico de la ciudad. Se os acercarán ofreciendo “exchange money”. Aqui van algunos consejos:

1. Lleva dólares, porque el tipo de cambio del euro es siempre peor.

2. Preguntad el tipo de cambio. Es variable, incluso a diario, con lo que está bien que tengáis una referencia. Nunca cambies el dinero con la primera persona que te lo ofrezca.

3. Puedes regatear. Si el cambio que te ofrecen te parece bajo, sugiere uno más justo. Cuánto más dinero cambies, más fácil es que te den un tipo de cambio mejor.

4. En España decimos “nadie regala duros a peseta”. Si ofrecen un tipo de cambio muy bueno, sospechad, es posible que sea un timo. Es importante que contéis siempre el dinero vosotros mismos. En una casa de cambio en Kirguistán, contaban el dinero delante nuestro y estaba todo, y cuando lo contábamos nosotros, ¡faltaban casi la mitad de los billetes! ¡Mucho cuidado!

¿Bolsas de dinero en Uzbekistán?

El problema de contar los billetes se complica en países como Uzbekistán, donde el billete más grande hasta hace poco era de 1.000 Soms (unos 0,12 EUR con el tipo de cambio del mercado negro). Ahora emiten de 5.000 y 10.000 UZS, lo que disminuye, no soluciona, el problema de los fajos de dinero que tienes que llevar contigo. Os hará falta una mochila o riñonera, ¡para llevar el presupuesto de un día!

De hecho, los soms que cambian los tienen en fajos ya contados y separados con gomas, por lo que ellos enseguida sabrán cuánto darte. No dudes en contarlo, aunque te lleve un rato. A veces incluso te invitan a que lo hagas.

¡Otro consejo! Antes de cambiar mucho dinero, aseguraos si en el hostel os van a cobrar en dólares o soms. A veces, los alojamientos o taxis que recorren largas distancias piden que se les pague en euro/dólar.

Un buen puñado de soms por valor de 10 euros.

Taxis compartidos (shared-taxis) 

Los taxis compartidos (shared-taxi) son el medio de transporte más común en Uzbekistán, dentro de las ciudades y entre ellas. Son muy baratos, y calidad-precio, es seguramente el transporte más conveniente.  ¿Desventaja? Que no salen hasta que no están llenos, y que meten a tres personas atrás, no importa su talla. Conciénciate para luchar por tu espacio para las piernas, porque muchos locales  son especialistas en ponerse cómodos a costa del espacio del otro.

¡Consejo! pedid referencias de los precios que se pagan de antemano, para que los taxistas no os cobren más de lo normal. Podéis y debéis regatear, si necesitáis consejo para hacerlo, aquí Jonás os da algunos.

Precios taxis compartidos en Agosto 2017:

– Bhukara – Samarcanda: unos 60.000 UZS  / persona

– Samarcanda – Tashkent: entre 30.000 / 40.000 UZS / persona

– Tashkent – frontera Kirguistán: 50.000 UZS / persona

Para moverse por las ciudades, cualquier coche funciona como taxi. Si te ven parado se acercarán a ver si necesitas que te lleven a algún sitio. Lo normal es pagar entre 3.000-7.000 UZS por viaje. Para ir de una ciudad a otra, hay zonas concretas donde se juntan todos los coches con un destino común. La aplicación maps.me nos resultó bastante útil para encontrarlos, porque muchos están señalados.

Más abajo os indicamos dónde se encuentran los taxis compartidos de algunas ciudades.

Matrushkas

Las matrushkas son un poco más baratas, y bastante más lentas. Si vais muy (pero que muy) apurados con el presupuesto podéis valorarlas. Como regla general, calculad que los trayectos cuestan la mitad y tardan el doble que un taxi compartido.

Cómo reservar un billete de tren en Uzbekistán

Y por fin, los trenes: me parecen mucho más cómodos que el autobús en todos los aspectos. Puedes dormir, escribir, ver una peli, comer algo… Y siempre tienen baño. Sin embargo, es difícil conseguir tickets para viajar en tren por Uzbekistán. De hecho, nosotros nos rendimos casi desde el principio. No tienen página web, y en el personal de las estaciones habla ruso o uzbeko. Y nosotros no. La única excepción es Tashkent, donde tienen oficina para extranjeros.

Si queréis viajar en tren tendréis que solicitar a una agencia o un intermediario uzbeko que os lo compre, y asumir la correspondiente (y variable) comisión. Hacedlo al menos con tres días de antelación, por que los trenes se llenan enseguida, sobre todo los rápidos. El precio va variando en función de la ocupación y del valor del dólar en el mercado negro, con lo cual es posible que cuándo vayan a comprar el ticket, el precio haya variado. Como última opción, el mismo día del trayecto también podéis reservar si ha habido cancelaciones. No confiéis en esto porque suele haber mucha gente con la misma intención.

Alojamiento, ¿qué son las registrations?

En Uzbekistán, el gobierno obliga a los turistas a registrarse en cada lugar que visitan. Ésto lo hace directamente el personal de los hostales o guesthouses donde te alojas. Os emiten un resguardo con vuestros datos, los del alojamiento y las fechas en que te hospedaste, y debes guardarlo todo el viaje. En cualquier momento un policía puede pediros el pasaporte y los registros de estancia.  Si viajáis por la noche en autobús o tren, guardad el ticket como comprobante.

Hoja de registro de tres guesthouse.

A nosotros nos lo pidieron en un checking-point en Fergana, y en la frontera con Kirguistán. Eso sí, siempre que llegábamos a un albergue o guesthouse, nos pedían los anteriores. En éste caso no sabemos qué pasa si no los tienes. En el caso de la policía, en algunas zonas de Uzbekistán si te falta alguno, no hay problema, sobre todo si eres cicloturista. Siempre puedes explicarles que acampaste en algún sitio. En otras zonas, como el valle de Fergana, es necesario/obligatorio tener registro de dónde se pasó cada noche. ¿Consecuencias de no tenerlo? Una multa económica en la frontera, e incluso una deportación con prohibición de entrada al país por cinco años.

Qué ver en Uzbekistán

Bukhara: qué ver

En Bukhara realmente sentimos cómo era la ruta de la seda en sus mejores tiempos. El Registan y el Shah-i-Zinde de Samarcanda son increíbles, es cierto. Y Bhukara no tiene nada tan impresionante, es cierto también. Pero el centro de la ciudad, libre de vestigios soviéticos, con sus sencillas casa de barro y sus calles sin tráfico, da la sensación de haber permanecido intacto durante siglos.

El centro histórico también está reconocido por la Unesco como Patrimonio Universal. Al contrario de Samarcanda, donde los monumentos están repartidos por la ciudad, en Bukhara la mayoría están dentro del casco viejo. Lab-i-Hauz, es la plaza con una gran fuente de agua en torno a la que gira todo. Es el mejor lugar para sentarse y relajarse mientras observamos como los locales hacen su vida o toman un refresco. Y después desde aquí os podéis aventurar por las estrechas callejuelas de los barrios judíos. Si te quedas en alguna guesthouse de la zona, podrás caminar y en un día podrías ver prácticamente todo.

Costes de referencia

  • Malikjon B&B House: regateando, 15USD/hab doble con baño + desayuno.
  • Restaurante Nasriddin: comida 11.000 – 16.000 UZS por persona.
  • Cena en una terraza: 25.000 – 30.000 UZS por persona.
  • Hamburguesa normal: 8000 UZS.

 

Samarcanda

Creo que Samarcanda ha sido el clímax de todas las odiseas por la Ruta de la Seda desde los tiempos de Alejandro Magno. Los impresionantes monumentos de esta ciudad todavía permiten a los viajeros imaginar el tiempo en el que era objeto de leyendas y poesía.

En la encrucijada de todas las rutas de la seda que han corrido entre China, India, Persia y Occidente durante miles de años, Samarcanda nos parece que todavía es un destino relativamente poco turístico. Sólo nos encontramos algunos viajeros independientes y varios vehículos haciendo el Mongolia Race. Nuestra emoción en este punto ya es palpable, habíamos pisado para llegar los mismos caminos que Alejandro Magno, y ahora estábamos viendo la ciudad cuya belleza Marco Polo había celebrado. La ciudad que Genghis Khan destruyó y Tamerlán reconstruyó. El corazón de la ruta de la seda.

Qué ver

Samarcanda es famosa por muchos de sus monumentos, pero sin duda uno por encima de todos, el enorme Registán. Este complejo se encuentra en el centro del casco viejo y se puede ver a varios kilómetros de distancia. Se compone de tres mausoleos enormes que se miran entre ellos, cada uno diferente del otro.

No se queda corta en lo que se refiere a belleza otra mezquita que hay muy cerca, la de Bibi Khanym, a pesar de que un terremoto en los 90s la dejó bastante dañada. Ahora solamente esta remodelada en parte, pero es igualmente impresionante. En su día fue la gran mezquita de Samarcanda, y su nombre corresponde al de la esposa favorita de Tamerlán. Muy cerca está también el bazar local. Los productos que venden son cosas normales que uno podría esperar de un bazar, pero nos pareció interesante ver a los locales haciendo vida normal.

Samarcanda es una gran ciudad, de eso no hay duda. Seguramente habríamos apreciado más su majestuosidad si la hubiésemos visitado antes. Para entonces ya habíamos visto tantas mezquitas, minaretes y madrazas que estábamos un poco acostumbrados a su vistosidad. Hay muchas cosas que ver y que hacer, con muchos templos repartidos por toda la ciudad, con lo que se pueden invertir tres o cuatro días tranquilamente. Si solo tienes un día para visitarla, tendrás tiempo de sobra para ver las principales atracciones: el Registán, el bazar y las mezquitas del centro de la ciudad.

Consejo: Seguramente encontréis policias en el Registán que os ofrezcan subir a un minarete del complejo, a ver amanecer. A nosotros nos pidieron hasta 20 EUR, cuando otros viajeros regateando, lo consiguieron por 2-4 EUR.

El famoso Registán

Mezquita de Bibi Khanym.

Costes de referencia

Hotel Abdurahmon: 20 USD / hab doble con baño + desayuno.

Comida normal: 16.000-20.000 UZS.

Tashkent: qué ver

Tashkent es sorprendentemente agradable, seguramente llevábamos demasiado tiempo en zonas rurales y llegar a esta ciudad nos alegró. Su aspecto es muy europeo, con amplias avenidas y espacios verdes. Aunque es una ciudad muy antigua, muchos de los edificios fueron construidos en la era soviética. Esto es así porque en los años 60 hubo un gran terremoto que destruyó gran parte de la ciudad, y así Tashkent llegó a convertirse una muestra de lo que es hoy: una muestra de arquitectura soviética fría e impersonal.

La mayoría de la gente utiliza Tashkent como punto de partida para visitar las principales ciudades de la ruta de la seda (Bhukara, Samarcanda y Khiva). Sin embargo, la parada allí bien merece una breve visita a algunos lugares. En centro está en torno a la plaza de Amir Timur. Desde allí podéis pasear y dejaros sorprender por una ciudad que nada tiene que ver con el resto de Uzbekistán.

Una curiosidad que no os podéis perder son las paradas de metro, consideradas por muchos las más bonitas del mundo. Los diseñadores y arquitectos más famosos de Uzbekistán participaron en el proyecto de diseñar las estaciones, y cada una es una obra de arte única y dedicada a un tema en concreto.

Un poco más alejado del centro, el bazar Chorsu (es fácil llegar en metro, la parada tiene el mismo nombre, precio: 1200 UZS = 0,14 EUR), es el más famoso de Tashkent, y congrega a granjeros y sus frutas, verduras y carnes. Lo más impactante, la enorme cúpula verde del recinto principal. Un día de visita es más que suficiente.

Bazar Chorsu

Costes de referencia

  • Hostel Art (12 USD/persona en habitación compartida + desayuno, ¡tienen piscina!)
  • Hostel Topchan (10 USD/persona en habitación compartida + desayuno)
  • Taxi del centro al hostel Topchan: 7000 UZS
  • Precio billete de metro: 1.200 UZS
  • Taxi para moverse por el centro: unos 4000 UZS/viaje.

Khiva

Nosotros no pudimos visitarla, pero todo el mundo coincide en que es la ciudad de Las mil y una noches.

Moinaq (Mar de Aral)

Otra experiencia muy especial que nos perdimos fue visitar Moynaq, la antigua ciudad pesquera que se quedó sin mar. Ahora es una ciudad fantasma, arrasada por la desgracia del mar de Aral. Podéis llegar hasta allí de Nukus. Actualmente es impresionante ver los barcos varados en medio del desierto, donde un día hubo mar.

Cómo ir de Turkmenistán a Uzbekistán: Frontera Farap – Bhukara

Nosotros llegamos de Turkmenistán, y cruzamos la frontera Farap – Bhukara. Desde Turkmenabad cogimos un taxi hasta la frontera, que nos costó 10 Manats/taxi y nos llevó una hora y media.

Entre el control de policía, y el edificio de la aduana hay un km más o menos, donde la policía te invita y/o presiona para que cojas un taxi por 4 manats/taxi. Nosotros nos pusimos muy pesados y finalmente nos dejaron caminar. En la aduana todo el mundo muy amable, eso sí, de la mochila de Jonás revisaron hasta la última cremallera. Nos hicieron rellenar también un documento indicando cuánto dinero llevábamos. Después de sellarnos la salida, hay que caminar de nuevo hasta la frontera con Uzbekistán, está distancia es un poco más larga, aunque caminable también. Si estás vago, hay una minivan que te acerca por 2 manats por persona.

Consejos sobre la aduana de Uzbekistán

Una vez en Uzbekistán, todo se vuelve más rural, unos edificios sencillos y poco organizados. Nos hacen rellenar de nuevo dos documentos indicando cuánto dinero llevamos. Asegúrate de quedarte una de estas dos copias selladas, porque lo necesitarás de nuevo a la salida.

Contad vuestro dinero hasta el último céntimo y declararlo en el documento de aduanas. No podéis salir de Uzbekistán con más dinero del que llegasteis, ya que os podrían confiscar la diferencia.

No controlan nuestras mochilas, pero si nos piden que les enseñemos todos los medicamentos que llevamos. Recordad que la codeína está prohibida, y mucha medicación para el sistema nervioso también (antidepresivos, pastillas para dormir…).

Salimos sin mucho problema y ahí tenemos Uzbekistán por delante, y un montón de taxistas esperando sacar su mejor tajada de nuestro bolsillo.

Lo primero, cambiamos los manats kirguisos que nos quedan. Chequead siempre el tipo de cambio con anterioridad, pues es muy variable. Como comentamos más arriba, el mercado negro te va a ofrecer un tipo de cambio desde un 30 hasta un 50% más favorable que el oficial.

Después de esto, empezamos la eterna lucha contra el taxista de turno. Se empeñan en llevarnos a Bhukara por 30USD/taxi, y nos negamos. A la vista de que allí no pasaba ni un alma para hacer autostop, cambiamos de estrategia. Lo que hacemos es regatear al máximo para que nos dejen en Olot, el primer pueblo después de la frontera. Para nuestra suerte, el taxista que nos lleva sigue negociando para llevarnos hasta Bhukara. En lugar de llevarnos por 7 USD/taxi a Olot, nos lleva por 15 USD/taxi a Bhukara. A veces es más fácil así.  Una vez dentro del taxi, el taxista puede ofreceros precios más bajos que delante de sus compañeros.

Cómo cruzar la frontera de Uzbekistan a Kirguistán

Nosotros salimos de Taskhent hacia la frontera. Cogimos un taxi de nuestro hostel hasta el Kuyluk bazar, a 13 kilómetros del centro. El coste es de 5000 a 10000 soms, no hay metro. Una vez en el bazar vendrá una legión de uzbekos para intentar llevarte en su taxi. Después de lucharlo, conseguimos un “shared taxi” por 50.000 soms, justo hasta la frontera (Dostyk) con Kirguistán.

¡Consejo! Si vas solo intenta pillarte el sitio de delante. Si sois dos elegid uno de los asientos laterales, son más cómodos que el del medio. El taxi no sale hasta que se llena, y son 5 horas de viaje.

La frontera se pasa rápido y sin excesivos problemas. Acuérdate que tendrás que volver a rellenar la hoja de salida de la aduana, indicando el dinero con el que sales, y presentar tu declaración de entrada, para comprobar la diferencia.

 

Presupuesto

¡Ahí van nuestros gastos por persona para 11 días en Uzbekistán!

  • Total gastado – 173,92€ 100%
  • Transporte – 27,25€ 16%
  • Alojamiento – 84,63€ 49%
  • Comida – 41,65€ 24%
  • Tomar algo – 2,82€ 2%
  • Otros – 7,02€ 4%
  • Compras – 10,54€ 6%

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6 Comentarios

  1. mertxe

    Superinteresante y práctica vuestra guía de Uzbekistan. ¿Cuándo fuisteis?
    Yo me lo estoy planteando para esta Semana Santa e iria sola.

    Responder
    • Jonás Ordoñez

      Hola Mertxe,

      Nosotros fuimos unos10-12 días, pero varía en función de cuantas ciudades quieres conocer. ¿Tienes algo en mente?

      Responder
  2. paco benítez

    muy buena información. una actualización:desde febrero de este año no es necesario visado para los españoles

    Responder
    • Silvia Palacio

      Hola Paco, muchas gracias por leernos, y por tu actualización 🙂

      Responder
  3. Roberto

    Hola, muy buena vuestra guía. Los hoteles los llevasteis reservados… quiero ir en agosto y desconozco si es un país con suficientes alojamientos:Gracias!!

    Responder
    • Silvia Palacio

      Hola Roberto, muchas gracias por leernos! Nosotros no hicimos reservas, o bien fuimos directamente a algún sitio recomendado en otros blogs, o echábamos un ojo a varios sitios, y finalmente elegíamos. Además, si llegas sin reserva, siempre tienes opción de intentar regatear el precio 🙂
      Que vaya muy bien el viaje!

      Responder

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